viernes, 12 de septiembre de 2008

Ideas

1. Va caminando por la calle y se encuentra, mientras cruza por una esquina, una soga o cable que cuelga y cae en la mitad de la senda peatonal (puede no haber senda peatonal). Mira para arriba y ve que la soga o el cable sube y sube pero no se ve de dónde cuelga: como si colgara del aire, o como si colgara de nada. Son dos planos: un plano general de la persona parado/a al lado del cable o soga, con extrañeza, y otro de la perspectiva de la persona mirando para arriba, a la soga perderse en el firmamento.

O sino, en una película en la que el protagonista sería conducido por un extraño a situaciones inverosimiles, y luego de una cantidad de situaciones que ocurrirían en el plano de lo posible, los dos personajes llegan corriendo por el campo (un campo más bien de golf que de pastoreo) a este lugar en el que no hay nada a mucha distancia a la redonda, ni árboles ni gente ni na', y en el que cuelga desde el cielo esta misteriosa soga. Es como el báculo mágico de Goku cuando lo usa para subir a la casa de Kami Sama, ¿menené? El personaje extraño le ata las piernas al protagonista con la soga como si fuera un arnes de esos para escalar paredes y le hace agarrarse de la soga con una mano, jala de la soga como llamando a Largo y el personaje, con una cara importante de susto, empieza a ser jalado. Me falta lo que pasa antes (escena uno: el protagonista es abordado inesperada y súbitamente por el extraño - escena dos: el protagonista es convencido de la manera más inverosimil por el extraño para seguirlo; aunque el móvil real del protagonista es la curiosidad, que vence a la prudencia, aparenta haberse convencido por el argumento incomprensible del extraño - escena tres: algo raro - escena cuatro: algo raro o la supradescripta) y lo que pasa después.



2. Hombres que se comportan como hombres con sentimientos de perros para con perros gigantes que se comportan como perros pero que tratan a los hombres como mascotas. Algo así:



Escena 1



(Hay un hombre llamado Álvaro en una habitación de la que solo vemos el suelo y una pared, no así el techo. Viste lo más standard posible, como en Seinfeld. Entra otro hombre, llamado Quique.)



Quique:- Hola Álvaro hola hola hola hola hola hola hola (...)

Álvaro:- (Superponiéndose) Hola Quique hola hola hola hola hola (...)



(Hacen una pequeña danza mientras se saludan, con algarabía, medio murguero. Se les va pasando el entusiasmo hasta que se quedan quietos mirando al vacío, jadeando. Todos los cambios de estado son bruscos. Álvaro se pone a mirar a Quique fijamente)



Álvaro:- ¿Ya comiste? ¿Qué comiste?

Quique:- (Mira fijamente a Álvaro) No, no comí. No comí nada. Ya me fije en el baño y todo.

Álvaro:- ¿Te fijaste en las habitaciones?

Quique:- Sí.

Álvaro:- Tengo hambre.

Quique:- Tengo hambre.

Álvaro:- (Haciendo pucherito) ¡Tengo hambre!

Quique:- (Haciendo pucherito) ¡Tengo hambre!

Álvaro y Quique:- (Lloran) ¡Hambre! ¡Hambre! ¡Comer! ¡Hambre!



Sus llantos se van incrementando en decibeles. Cuando ya son alaridos estridentes, entra en escena un perro gigante, llamado Tolkien. Quique y Álvaro le llegan a las rodillas. Se para al lado de ellos y los mira, o mira al vacío. No habla, pero Álvaro y Quique le hablan y luego hacen silencios como escuchando la respuesta.



Álvaro y Quique:- (Dejan abruptamente de llorar y se ponen muy contentos) ¡Hola Tolkien hola hola hola hola hola hola...! (Bailan murga mientras miran a Tolkien como escuchándolo. Estallan en alborozo) ¡Sí, comida! ¡Eeh!



(Tolkien sale de escena por la derecha. Álvaro y Quique lo siguen corriendo. Nos damos cuenta, por los muebles de la casa, que todo es enorme para ellos, es de la escala de Tolkien. Corren hasta que se detienen en un lugar. Miran hacia la derecha con gran ansiedad. Entran a escena, deslizandose por el piso desde la derecha, dos platos de fideos con tuco. Álvaro y Quique se arrojan al piso y empiezan a comer con las manos a los costados de sendos platos y las caras en la comida, hasta que se terminan los fideos. Después, se paran.)



Quique:- (Suspira, pipón pipón) ¡Aaaah! ¡Qué ricos los fideos!

Álvaro:- (Sentándose con las piernas estiradas, como para elongar) Sí, estaba rica.

Quique:- (Luego de un silencio) Quiero hacer pis.

Álvaro:- (Se para) Quiero hacer pis y caca.

Quique:- ¡Sí, quiero hacer pis y caca!



(Álvaro y Quique salen corriendo hasta que llegan a los pies de Tolkien. Se ponen a dar vueltas sobre sí mismos y a gritar)

Álvaro y Quique:- ¡Queremos hacer pis y caca! ¡Queremos hacer pis y caca! (Tolkien empieza a caminar) ¡Sí! ¡Caca y pis!



Escena 2



(Álvaro y Quique en un ascensor gigante, con Tolkien. Se escucha el ruido del ascensor, que baja. Álvaro y Quique están acuclillados mirando para arriba, y bailan un poquito. Cuando la puerta-acordeón se abren, salen corriendo con cara de idea fija.)



(Álvaro y Quique acuclillados en la calle, con los pantalones bajos, hacen caca mirando para todos lados. Tolkien está parado al lado, mirándolos. Terminan de cagar y se paran, subiéndose los pantalones. Caminan por la vereda al lado de Tolkien, que sostiene en la boca dos correas. Todo el tiempo amagan a levantar cosas del piso con gran curiosidad, pero Tolkien los censura con un sonido o una mirada - una pisada fuerte, un gruñido. Aparece otro hombre, con otro perro gigante)



Tomy:- (Levantando la mano en señal de saludo, abruptamente muy entusiasmado, a Álvaro y Quique) ¡Hola, soy Tomy! (Se acerca imprudentemente a Álvaro y le empieza a pasar las manos por la cara, como un ciego haciendo un reconocimiento. Álvaro y Quique se tensan. Sin previo aviso, ambos se ponen a gritar al límite de la ira.)

Álvaro y Quique:- (Sin respirar) ¡Salí de acá pendejo de mierda no sabés que esta es nuestra vereda te vamos a cagar a trompadas salí de acá tomatela no vuelvas nunca ni vos ni tu perro de mierda fuera fuera fuera buga buga buga!

Tomy:- (Casi simultáneamente, es decir, en canon, sin respirar) ¡Feos malos sucios enemigos malvados! (Repite, pero va perdiendo convicción en cada repetición, hasta que se amedrenta)

(Simultaneamente ambos perros se ponen a ladrar. Progresivamente los tres hombres se van callando ante los ladridos y al final se van cada yunta por su lado. Cuando se están alejando, Tolkien les chumba a Álvaro y a Quique, como retándolos. Estos se muestran asustados).



Escena 3



(Se escucha un portazo. Se ve a Álvaro y a Quique entrar en cuadro arrastrando los pies hasta que llegan a un sillón, gigante también. Vacila Álvaro, frente al sillón. Intenta torpemente subirse, tarda en lograrlo, lo logra. Se acuesta en posición fetal, con las manos entre los muslos. Quique intenta subir y Álvaro lo empuja. De nuevo. Quique se rinde, se acuesta en la misma posición que Álvaro pero en el piso, a los pies del sillón, y cierra los ojos. Álvaro cierra los ojos)

Fin.

2 comentarios:

moi dijo...

creo que es lo más gracioso que leí en mi vida

Firulo dijo...

Muy bueno! buga buga buga!

Aunque me parece que los perros son mas inteligentes (al menos el mio).